“Las economías dependientes de sus recursos, en promedio, obtienen puntuaciones menores en los índices de desarrollo humano, respecto de países menos dotados en recursos”, afirma el documento “Desarrollo e industrias extractivas” elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Sin embargo, este organismo que sostiene “no tiene por qué ser así”, puesto que “algunos países han sabido gestionar sus industrias extractivas con éxito”. 

Con este enfoque se desarrolló en la capital brasileña durante los días 3 y 5 de diciembre el foro: “Diálogo sobre las industrias extractivas y el desarrollo sostenible”, patrocinado por la compañía petrolera Petrobras, y también por una de las mayores corporaciones mineras del mundo, Angloamerican, entre otras. En este foro participaron representantes de empresas, sociedad civil y organizaciones.

“Este evento buscaba fortalecer el diálogo sobre cómo el sector extractivo puede colaborar para el desarrollo sostenible del país y el beneficio de las comunidades donde operan las industrias”, explica Luis Francisco Thais, Gerente Proyecto Prevención de Conflictos con el Uso de Recursos Naturales del PNUD.

“Para que el sector extractivo pueda desarrollarse y contribuya con el desarrollo sostenible y mejore las condiciones de las distintas comunidades donde operan, es fundamental contar con una arquitectura institucional que permita generar una gobernanza sostenible de los recursos naturales. Y por otra, que la sociedad civil y las comunidades puedan apoyar estos procesos y que las necesidades de éstas y sus visiones de desarrollo se tomen en cuenta y se incorporen en las políticas”, remarca.

En el diálogo que se mantuvo entre el sector privado y Estado durante este evento, se analizó el papel que debería asumir cada uno de estos actores para contribuir al llamado ‘desarrollo sostenible’. Thais sostiene que en parte del sector privado existe un “enfoque asistencialista”. “Se debe de dar un salto cualitativo para que el sector extractivo entienda que también tiene responsabilidad en ser un agente más de desarrollo del territorio y para ello deben tener una visión concertada sobre cuáles son los objetivos de desarrollo del lugar”.

Finalmente, respecto al papel del Estado, el gerente en prevención de conflictos de Naciones Unidas, precisa que “debe poder asegurar que las reglas del juego sean lo más claras posibles; además de defender el medioambiente así como los intereses básicos de las comunidades que conviven con el sector extractivo”.